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Tokio, pizza napolitana y okonomiyaki

  • Lu
  • 10 sept 2015
  • 3 Min. de lectura

Bueno, aquí estamos, parte del equipo de Bocconcini ha decidido aprovechar uno de sus viajes para catar un restaurante napolitano en un lugar muy poco italiano: Japón, en concreto Tokio.

Sí, esa ciudad que de día asusta por su urbanismo atroz cruzado por enormes (y soviéticas, yo diría) avenidas y carreteras; esa que se ha construido a base de horrores.

Esa misma ciudad que de noche parece tecnológica porque tiene muchas luces.

Y esa misma ciudad (y ese país) cuyas gentes nos dan mil vueltas en cuanto a civismo, educación, generosidad y respeto al otro. Esas gentes de las que deberíamos aprender… ¡y mucho! ¡Muchísimo!

Para acompañar musicalmente esta visita italo-japonesa os dejamos una bellísima aria (Un bel dì vedremo) de la famosa ópera de Puccini Madamme Butterfly (el vídeo, que es bonito, realmente no tiene mucho que ver con la historia, pero bueno nos sitúa en un ambiente japonés; según dice Mass. es de la peli Diario de una geisha).

Tras degustar, durante 19 días, diversas variedades de pescado crudo con y sin arroz, los bocconcineros madrileños nos decidimos a probar un restaurante napolitano. El pescado crudo con arroz, aunque nos llame mucho la atención por sus bonitas presentaciones y su exotismo, en el fondo es pescado crudo con arroz (a veces tipo argamasa), no es más, no deberíamos sobrevalorar las cuestiones gastronómicas, por muy extranjeras que sean. Está bien, pero es cansino, sin duda. El gran avance de la cocina consiste en la elaboración de los ingredientes, al fin y al cabo el sushi y sus diversas variantes (niguiri, maki, temaki…) y el sashimi son primitivos. Al igual que son primitivos otros muchos platos de la cocina japonesa: aunque suene bonito decir tonkatsu, en el fondo es un filete, normalmente de cerdo, aunque también de pollo, empanado, que presenta como guarnición arroz blanco hervido. La moda es la moda. Realmente los platos japoneses que más nos gustaron fueron precisamente los que menos se venden como cocina japonesa en nuestras mesas, véase los platos más regionales. Un ejemplo es el sukiyaki, una mezcla de vegetales, carne, fideos, mirin, soja y azúcar que te presentan sin cocinar en la mesa.

Y te lo cueces tú en un pispás, más o menos 10 minutos. Resulta un plato francamente sabroso y sano.

Bueno, pues, con ganas de cambiar, nos fuimos a probar un supuesto napolitano. Se llamaba Mergellina, denominación de uno de los puertos de Nápoles, y tenía pinta de ser un napolitano vero. Además, se encontraba cerca de la zona donde estábamos alojados la última semana, Ginza. Aquí tenéis su web: http://www.mergellina.jp/

El local internamente presenta detalles que delatan su origen, véase ¡el famoso cuerno napolitano (en este caso versión cuerno-pulcinella)!

Y nuestras sospechas se corroboran, es un auténtico napolitano, ¡tienen horno de leña!

Estamos ansiosos por probar las pizzas. Pedimos una margherita (regular size, la otra opción era la small) y una quattro formaggi. En la espera, nos ponen unos panecillos con una crema de alcachofa, sabrositos aunque el pan no esté en su punto de textura, debería estar más crujiente.

Y, finalmente, nos traen las pizzas. El tamaño es de acuerdo con la gastronomía japonesa, es decir, mucho más pequeña que una pizza “normal” en Italia, ¡¡uyss, nosotros tenemos haaaambre!! Y, curiosísimo, nos proponen para acompañar, ¡miel! Está claro que es un napolitano con toques adaptados al gusto de Japón. ¿Miel en la pizza? Curious.

Bueno, ¡aquí está nuestra margherita! Cornicione (borde) alto, sabor churruscado propio de horno de leña y masa interna fina, aunque no todo lo que debiera (esto es a causa del tamaño reducido de la pizza). El tamaño regular para ellos para nosotros es small. No quiero ni pensar cómo será la small. De sabor rica y de textura jugosa.

La pizza quattro formaggi, al igual que la anterior, con cornicione perfecto e interior con masa menos fina de lo que debería ser. Marcado sabor quesero, lo cual se echaba de menos por estos lares, sabrosa.

¡Ah! ¿Sabíais que en Japón consideran que hacen algo parecido a la pizza? Se llama okonomiyaki y es como una especie de salteado al que se le añade una masa más similar a la de un crêpe que a la de la pizza pero que, así a simple vista, podría parecer una pizza finita... La verdad es que está muy rica y es original.

Bueno, con nuestras pizzas seguimos con hambre, así que elegimos unos caserecce alla norma, pasta casera realizada como se hace en Sicilia, con tomate, berenjena y ricotta salada. Otro platín para pasar hambre pero bien realizado, la crema creada por el tomate y el queso es delicada y apetitosa.

En resumen, la cocina napolitana (y siciliana) en este restaurante sito en Tokio es sabrosa y bastante similar a la original, pero las raciones son más reducidas que las propias de Italia.

Sea como sea: ¡¡¡la gastronomía italiana al poder!!! Bocconcini rules!!!

 
 
 

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